Comunidad: Andalucía |
Provincia: Almería
Municipio: Sierro |
Localidad: Sierro
Dirección: Calle Castillo
Código: AL-CAS-184
Monumentos arqueológicos: Zonas y áreas con restos antiguos, como herramientas, cerámicas, construcciones, fósiles.
Monumentos militares: Castillos y fortalezas medievales con funciones militares y residenciales.
Castillo-fortaleza medieval de los siglos IX al XIII, de estilo islámico con baluarte, muralla perimetral y torreón con acceso en recodo.
El castillo nazarí de Sierro se encuentra en la calle Castillo de la localidad de Sierro, provincia de Almería.
En el Alto Valle del Almanzora hay importantes castillos o hussün, el más antiguo el de Tíjola la Vieja (siglo IX), citado por al-Hayyan y al-Idrisi. Esta comarca tenía abundante población muladí y mozárabe, emigrada de ciudades y campos a zonas altas y seguras, huyendo de la intolerancia tras la invasión musulmana. Tenían frecuentes luchas con el poder central del emirato cordobés y se organizaban con una torre o fortificación protegiendo cada alquería. Hasta 1125, fecha de partida de la mayoría de los mozárabes del Almanzora con Alfonso I de Aragón, convivieron con la población bereber. Hay abundantes topónimos en los Libros de Apeo, como el mismo vocablo Sierro, topónimo romano y mozárabe de Serro, que nos indica una abundante población cristiana.
El castillo de Sierro remonta sus orígenes al periodo preislámico. La hipotética reconstrucción del sistema defensivo originario se basa en el análisis de su emplazamiento, materiales y técnicas constructivas empleadas, planta y alzado. La datación del conjunto se fundamenta en paralelos establecidos con estructuras similares de la época goda y emiral en el Islam peninsular. En la zona de los Filabres es importante la densidad de fortalezas. Ibn al-Jatib hace una relación detallada de las aglomeraciones de los Filabres y Alto Valle del Almanzora. Ibn Hayyan en 913 relata la rendición de Ubayd Allah ben Umayya ben al-Saliya a Abd al-Rahman III al-Nasir. Umayya le entrega todos sus castillos y baluartes de la comarca, que eran cerca del centenar, entre ellos la cercana fortaleza de Ragasana en Tíjola la Vieja.
En los valles de montaña los asentamientos fortificados tienen el mismo esquema. El castillo con su alquería se encuentra en la cabecera del estrecho valle que baja al río Almanzora, para protegerse de las incursiones de musulmanes o cristianos, especialmente en épocas de cosecha. La fortaleza de Sierro tiene dos círculos defensivos, uno inferior y otro superior. El círculo inferior, de piedra sin argamasa, con distribución topográfica y una gran torre, recuerda los antiguos castrum romanos y godos. El círculo superior parece corresponder a inicios emirales y terminación almohade.
El hisn de Sierro está situado en la cima de la alquería con el papel de refugio y alcazaba urbana, dada su continuidad con la zona del barrio alto. La alquería medieval de Sierro está agrupada alrededor de su hisn, fortaleza que aún domina todo el valle. El castillo se encuentra en lo alto del cerro, un lugar estratégico para controlar el amplio valle de cultivo regado por las aguas del Boloynta. Destaca su prominente altura y su amplia visibilidad sobre el territorio, lo que permitía alertar a la población en caso de ataque o amenaza. Está organizado en doble recinto, con un refugio superior en el centro del castillo. La fortaleza es de planta topográfica, adaptada al terreno, creando ángulos para reforzar su defensa. En la parte posterior es inaccesible por la altura y pendiente del cerro. Actualmente, en esta zona se ha construido una rampa de acceso.
En las labores de reconstrucción recientes se han encontrado cerámica, escorias de hierro y plomo, armas, monedas y ponderales almohades de la kura de Jaén. Podemos corroborar la datación preislámica y emiral del círculo o cerca inferior de piedra. La muralla o cerca superior es de tapial (tabiyya), realizando un circuito serpenteante con una torre maciza hasta el adarve y una cámara accesible desde este. Señales constructivas de identidad almohade sobre una primitiva cerca ibero-romana (siglos IX-XII).
Arquitectura militar
El término hisn (castillo o ciudadela fortificada) designa un conjunto complejo, territorial y social, definido por la jurisdicción que ejerce el hisn sobre los habitantes de la zona. Está emplazado en un lugar elevado, en la cima de un cerro poco accesible, constituido por un sólido recinto que lo circunda y, por detrás, un tajo a pico en su flanco noroeste. El recinto de la fortaleza encierra un espacio restringido sin más ingreso que una puerta lateral, medio oculta y de sólidas hojas forradas con placas de hierro. Este recinto contenía unas pocas instalaciones permanentes: una cisterna para la recogida de agua de lluvia, un almacén de armas y víveres, varios alojamientos elementales para la guardia y el torreón principal. Por debajo y fuera del edificio comenzaba el arrabal, donde se concentraban los artesanos y comerciantes, así como una mezquita de modestas dimensiones. En caso de alerta, la población del arrabal se refugiaba en la fortaleza trasladando sus bienes muebles.
La fortaleza de Sierro es un castillo-fortaleza medieval de estilo islámico. Corresponde a la tipología de fortaleza de alquería, con dos círculos defensivos concéntricos: un primer círculo de piedra y un baluarte superior con una cerca perimetral de tapial y un torreón cuadrado que protege la entrada en recodo. Se encuentra en la parte más alta del núcleo habitado, al suroeste del pueblo, elevándose 300 metros sobre el río Boloyunta y a 790 metros sobre el nivel del mar. Su superficie abarca aproximadamente 800 metros cuadrados, con un diámetro que oscila entre 25 y 40 metros, extendiéndose en dirección sureste-noroeste (120º SE - 270/300º NW), desde el torreón hasta la actual rampa de acceso.
Muros y torreón
Los restos visibles incluyen una fortaleza con un torreón cuadrado, macizo hasta el adarve, con una gran cámara superior de planta cuadrada, rodeada por una cerca de tapial. Desde la fortificación se domina el valle del río y la torre-alminar de la iglesia-mezquita, situada unos metros por debajo y a la izquierda del torreón. La fortificación se encuentra muy erosionada, conservándose solo algunos elementos discontinuos de las dos murallas concéntricas. En el recinto superior destacan un gran torreón, dos torres apenas proyectadas al exterior, una puerta lateral y un aljibe. La cerca superior presenta un trazado aserrado, adaptado a la topografía del terreno.
El castillo de Sierro recuerda a la fortaleza de Tíjola la Vieja, con una abundante presencia de material arqueológico, cerámica y escorias de hierro, datadas entre los siglos XII y XV. Sus dos perímetros defensivos están separados por un pasillo de 1,5 a 5 metros de ancho, según el sector. La muralla superior se conserva en tramos con alturas que varían entre 1 y 6 metros y longitudes de entre 1 y 4 metros, con espesores de entre 0,60 y 0,80 metros. Sus muros están construidos directamente sobre la roca del monte.
Los muros del recinto inferior están formados por piedras, lajas y ripios calcáreos, silíceos y de esquisto local, apenas unidos con mortero de barro y sin cimentación. Se encuentran alineados y dispuestos con cantos de piedra más o menos regulares, siguiendo un sistema constructivo característico de los castillos de la sierra de los Filabres, similar a las fortificaciones del Atlas marroquí. Siguen la forma natural del cerro, adaptándose a la topografía.
La cerca del recinto superior está construida en tapial. Se observa primero un muro curvo siguiendo la pared de la montaña, luego un gran torreón cuadrado y una estructura amurallada con trazado dentellado, adaptada a la orografía del terreno.
A unos 5 metros del pico norte de la fortaleza, en el perímetro interior, se encuentra una entrada de 2 metros de ancho, paralela al muro interior, disimulada y accesible desde el adarve inferior, con orientación este (90º). Esta puerta, en recodo, es típica de las fortificaciones almohades, ubicada en un lugar poco accesible, de difícil localización y fácil defensa. El pasillo de acceso mide 5 metros en línea recta y luego se curva 180º, dificultando el asalto.
El muro defensivo superior, construido en tabiyya, tiene unos 80 metros de longitud y rodea la parte más alta del castillo. En el círculo perimetral exterior de piedra sin argamasa, de unos 110 metros, se encuentran los restos de una gran torre cuadrada, situada en la zona con mejor dominio visual del valle, con orientación sureste (120º). Estas torres cuadradas son frecuentes en la sierra de los Filabres, tanto en fortalezas (Velefique, Bacares, Benitagla, Benizalón, Chercos Viejo, Tahal) como en torres de alquería (Alcudia, Benimina de Benizalón). La torre, de forma cuadrangular (5,75 x 4 metros), alcanza una altura de 14 metros sobre la calle Castillo y está construida con piedra sin encofrado.
El piso de la torre del recinto superior, construida sobre el adarve del recinto inferior, se eleva 8 metros sobre el perímetro exterior. Está situada frente a la torre de la iglesia y construida con tapial musulmán (tabiyya). La altura de las tongadas es de 0,76 metros. Es una torre maciza, rellena de piedras y tierra, con una gran cámara cuadrada accesible desde el castillo. Desde ella se divisan Somontín, Lúcar, Urrácal, la parte alta del valle del Almanzora y la sierra de Lúcar. La torre domina la entrada al valle y el camino de acceso. Hacia el suroeste, controla las estribaciones de la sierra de los Filabres y el alto valle del Boloyunta.
El aljibe
El castillo conserva un aljibe de planta rectangular, cubierto por una bóveda de medio cañón ligeramente rebajada, con una longitud de 6 metros y una lumbrera superior de 0,55 metros de diámetro. Se encuentra en la terraza superior, a unos 8 metros en línea recta del torreón, excavado en la roca del cerro. Su revestimiento de cal y almagra lo hace impermeable. Su ubicación en el extremo superior del área amurallada impedía el abastecimiento privado. Es un aljibe subterráneo con una lumbrera rectangular para la extracción del agua y ventilación.
El aljibe garantizaba el suministro de agua a los moradores de la fortaleza en caso de asedio. Forma parte de una tradición mediterránea milenaria de almacenamiento de agua, fundamental para abastecer a las tropas, la población y los transeúntes. Estas cisternas son, en muchos casos, los únicos vestigios que quedan en pie de antiguas fortalezas, alquerías o cortijadas. Este aljibe fue construido con tapial hormigonado en el siglo IX.
La maqbara
En el lado sudoeste, junto a la fortaleza, en el perímetro inferior y cerca de la cima del monte, se encontraba la maqbara o cementerio musulmán, utilizada hasta 1935. Recientemente, fue completamente destruida junto con el muro del perímetro exterior para la construcción de un mirador.
En estado de ruina consolidada. Solo quedan vestigios de murallas, torres y aljibe, con una reconstrucción parcial de la cerca empleando los materiales originales extraídos de los escombros.
Es de acceso libre.
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Alberto Castellón Sánchez del Pino, Alberto Castellón Sánchez del Pino, Juan Matías, Sebastián Rubio Casanova