Comunidad: Andalucía |
Provincia: Jaén
Municipio: Pegalajar |
Localidad: Pegalajar
Código: J-CAS-056
Monumentos arqueológicos: Zonas y áreas con restos antiguos, como herramientas, cerámicas, construcciones, fósiles.
Monumentos militares: Torres vigía, atalayas y estructuras para vigilancia y defensa.
La Torre de la Cabeza se encuentra en el término municipal de Pegalajar, en la comarca de Sierra Mágina, provincia de Jaén.
La Torre de la Cabeza debió ser construida en la década de 1460, a finales de la Edad Media, por el Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, para vigilar la entrada por el río Guadalbullón y alertar de las incursiones de los nazaríes mediante señales de humo, que serían vistas por la cercana Torre de la Pedregosa y reenviadas hasta Jaén.
Esta torre formaría parte de la línea de torres ópticas del Valle del Guadalbullón, conectando visualmente con la Torre de la Pedregosa, a 3,6 kilómetros al norte, en la Serrezuela de Pegalajar, y la Torre de la Estrella, a 3,1 kilómetros al sur, en la cumbre de la Sierra de los Bodegones, ambas actualmente derruidas.
La Crónica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo hace varias referencias a la Torre de la Cabeza, en unas protagonista de las luchas de la nobleza levantisca contra el Condestable, como las disputas con el comendador rebelde Juan de Pareja, alcaide de Pegalajar. Otra, en 1470, hace referencia a una incursión de los moros, que asaltan y queman la torre, matando a sus dos vigilantes.
La torre, de unos 8 metros de altura, está formada por un cuerpo inferior troncocónico macizo, de unos 25,8 metros de perímetro, y un cuerpo superior cilíndrico con una cámara circular en su interior cubierta por una bóveda de media naranja.
En el suelo de la cámara, y atravesando el cuerpo inferior macizo de la torre, hay un pozo de sección rectangular que conduce a una mina de escape, hoy rellena de tierra.
A la terraza se accedía por una escalera empotrada en el muro, de la que hoy no quedan más que las huellas que los mechinales han dejado en el exterior.
El parapeto superior ha desaparecido, aunque quedan restos de canes que evidencian que se apoyaba en un malecón continuo.
La torre fue construida en mampostería, con muros de 1,55 metros de grosor en los que, además de la entrada situada a 3 metros de altura, se abrieron tres saeteras.
Se encuentra en aceptable estado de conservación.
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Eduardo Argote Fraile, Luis Puey Vílchez, Miguel Ángel Cebrián Martínez, Paco Serrano