Comunidad: Comunidad de Madrid |
Provincia: Madrid
Municipio: Madrid |
Localidad: Madrid
Dirección: Entre las calles Joaquín Ibarra, Antonio Sancha y Manuel Aguilar
Código: M-CAS-008
Monumentos militares: Castillos y fortalezas medievales con funciones militares y residenciales.
Fortaleza del siglo XV, transformada en palacio renacentista y vinculada a la familia Zapata y los duques de Osuna.
El Castillo de la Alameda se encuentra sobre un promontorio que domina las terrazas que descienden hacia el Jarama, rodeado por barrios residenciales del distrito de Barajas, entre las calles Joaquín Ibarra, Antonio Sancha y Manuel Aguilar de la ciudad de Madrid, provincia de Madrid
El Castillo de la Alameda, conocido también como Castillo de los Zapata, tiene sus orígenes en una aldea medieval de repoblación del siglo XIII llamada La Alameda. En 1431, Juan II de Castilla otorgó estas tierras a Inés de Ayala y Ruiz Sanz Zapata como dote, momento en el cual se construyó el castillo, una estructura diseñada tanto para la defensa como para simbolizar el dominio de la familia Zapata.
En 1476, el castillo ya se utilizaba como refugio durante conflictos como la batalla de Toro. Posteriormente, en 1575, Francisco Zapata de Cisneros, conde de Barajas, modernizó la fortaleza, añadiendo una torre del homenaje, nuevas crujías y abriendo vanos más amplios y luminosos. En 1580, el Duque de Alba residió brevemente en el castillo tras regresar de su destierro. También fue aquí donde murió, en 1622, el III Duque de Osuna tras un breve cautiverio.
Durante el siglo XVII, el castillo experimentó un periodo de abandono, intensificado por el incendio que lo destruyó en 1697. En el siglo XVIII, materiales del castillo fueron reutilizados para proyectos como la construcción del panteón de los Fernán Núñez y, más tarde, el parque de El Capricho. Durante la Guerra Civil Española, el castillo sufrió nuevos daños al albergar un nido de ametralladoras republicano.
Desde 1986, se llevaron a cabo varias campañas arqueológicas y proyectos de restauración que confirmaron su historia y revelaron niveles de ocupación desde el Calcolítico hasta la época tardo-romana. En 2010, se abrió al público como museo.
El castillo tiene una planta rectangular de pequeñas dimensiones, con una superficie interior de unos 200 m². Destacan sus esquinas redondeadas y las dos torres que permanecen en pie: una cuadrangular en el ángulo noroeste y otra cilíndrica en el extremo opuesto. La mampostería caliza irregular con tendencia a formar hiladas define su construcción.
En el siglo XVI, Francisco Zapata de Cisneros transformó el castillo en un palacio renacentista, dotándolo de jardines en el antiguo foso y ampliando las crujías laterales. Se añadieron elementos arquitectónicos que suavizaron su aspecto defensivo y mejoraron la habitabilidad interior.
Las excavaciones arqueológicas han revelado la superposición de varios niveles de ocupación bajo el castillo, que abarcan desde el segundo milenio a.C. hasta la época tardo-romana, destacando la reutilización de esta colina estratégica durante distintas épocas.
Se encuentra parcialmente restaurado, con estructuras consolidadas y protegido por una valla. Aunque sigue en pie como un testimonio de la arquitectura medieval y renacentista, su estado de conservación es el resultado de décadas de trabajos de recuperación.
De propiedad municipal, el castillo alberga un museo desde 2010 y es visitable en actividades culturales y educativas.
Declarado Bien de Interés Cultural, el castillo forma parte del patrimonio protegido de Madrid y está gestionado por el Ayuntamiento.
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Javier Agudo García, José Antonio Quesada Llorente, Miguel Ángel Cebrián Martínez, Santiago López-Pastor Rodríguez