Las ruinas de la Muralla andalusí de Balaguer se encuentran próximas al castillo y al Santuario del Santo Cristo, en la parte más alta de la localidad de Balaguer, en la comarca de La Noguera de la provincia de Lérida.
Se puede llegar a ellas realizando el mismo trayecto para el castillo. Después de cruzar el imponente río Segre, hay que seguir por la calle ascendente que sale de la localidad en dirección a Àger por la C-12. Pasar de largo el desvío señalizado, a la izquierda, ya casi fuera del pueblo que indica "Sant Crist", y seguir recto. A escasos metros ya se ven los restos de la muralla a la izquierda, ligeramente en altura, junto a la carretera. Unos pocos metros después se puede girar a la izquierda por una estrecha carretera asfaltada sin señalizar que transcurre en paralelo al perímetro de la antigua muralla andalusí.
Los orígenes de la ciudad de Balaguer se remontan a un gran campamento militar fortificado (Almatar) construido por los musulmanes en el siglo VIII, como centro de operaciones desde el que partirían expediciones militares hacia tierras de la Septimania francesa. Existe otra información, aunque menos consistente, que indica que el campamento fortificado pudo tener su origen en tiempos de Roma, y se construiría para alojar a las poderosas legiones romanas de Hispania.
Con el paso del tiempo, en el siglo IX, ya perdida su utilidad militar, el campamento se convierte en una medina, la Madina Balagi de los textos árabes (Balaguer), que será una de las ciudades más ricas e importantes de la Marca Superior de al-Ándalus. Esta aprovechará la muralla del siglo VIII y vivirá sus momentos de mayor esplendor en el siglo XI. A finales del siglo IX se construye un poderoso castillo (La Zuda) sobre la ribera derecha del río Segre y a escasa distancia de la medina, constituyendo el principal baluarte musulmán en esta parte de la frontera de al-Ándalus con tierras cristianas condales, y protegiendo la ciudad durante unos dos siglos, hasta que el conde Ermengol V de Urgel conquista el castillo definitivamente en 1105 y recupera el territorio para la cristiandad.
Básicamente, los restos conservados en la actualidad de la muralla andalusí se encuentran en la parte más alta de la localidad, en un extenso solar, en el llamado llano de Almatar (Pla d'Almatà) que se corresponden con los restos del perímetro del primitivo campamento y posterior medina.
A día de hoy aún sorprende el gran tamaño del recinto, que era más bien llano, de grandes dimensiones y planta semejante a un rectángulo. Ocupaba 25 hectáreas de superficie en un perímetro de dos kilómetros. La longitud de la muralla superaba los 700 metros, lo que lo convierte en uno de los yacimientos arqueológicos de origen medieval más grandes e importantes del territorio catalán.
Los restos más significativos se encuentran al oeste del recinto, sector por donde actualmente aún se puede seguir el larguísimo perímetro en el que se identifican claramente restos de estructuras y de muros de sillería, de muy poca altura, algunos de ellos de torres, hechos con los grandes sillares característicos que empleaban los moros en este tipo de fortificaciones en estas tierras. Aunque también se aprecian restos de muros de tapial en este sector. En el lado norte del recinto, junto a la carretera, se distinguen restos de muros de tapial, y de alguna torre.
El elemento defensivo que más prolifera en esta fortaleza son las 27 torres de planta cuadrada distribuidas a lo largo de sus muros, ocupando 25 hectáreas de superficie en un perímetro de dos kilómetros.
Entre los elementos decorativos más destacados podemos señalar la sillería realizada a soga y tizón que presenta la parte inferior de los muros, lo que le da un toque ornamental a todo el conjunto unido a los diferentes vanos que se distribuyen en sus muros.
El material utilizado es la piedra, usada en todas estas construcciones de carácter defensivo. La peculiaridad de la que dispone esta fortaleza son las técnicas utilizadas para la elaboración del misma. En la parte inferior de los muros se usa la sillería realizada a soga y tizón mientras que en la parte más baja de sus muros se usa el tapial.
En el interior del recinto también hay restos de la antigua medina de Balaguer.
Se encuentra en estado de ruina generalizada. Sin peligro de desaparición. Algunas partes fueron consolidadas durante una intervención y excavación realizada hace pocos años.
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MonumentalNet agradece la colaboración de Luis Puey Vílchez
Fecha de última modificación: 26/08/2024
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