Ex-Monasterio de Santa María la Real en Nájera, Rioja (La)

Situación

El monasterio fortificado de de Santa María la Real se encuentra en la localidad de Nájera, provincia de La Rioja.

Historia

Este monasterio es uno de los monumentos más emblemáticos e importantes de La Rioja, no sólo por sus valores artísticos, sino porque es un reflejo fiel de la importancia histórica de esta zona como germen de los reinos españoles durante la Edad Media.

La construcción de Santa María comienza después de la conquista definitiva de Calahorra para los cristianos en 1045 por parte del rey de Don García de Nájera y Pamplona. La iglesia se consagra en 1052, aunque las obras aún no habían concluido, y en este acto están presentes Fernando de Castilla, Ramiro de Aragón y Ramón Berenguer I de Cataluña, entre otros personajes ilustres. Se funda como sede episcopal y como panteón real de los miembros de la dinastía del rey de Nájera.

En sus primeros años de existencia el monasterio es habitado por monjes que profesan la regla de San Isidoro y que practican la liturgia visigótica. En 1076 Alfonso VI se anexiona La Rioja y las Vascongadas para Castilla y Sancho Ramírez hace lo propio con Navarra para Aragón, finalizando así el reino independiente de Nájera. En 1079 Alfonso VI entrega Santa María la Real a los monjes benedictinos de Cluny.

En los siglos XII, XIII y XIV el activo papel de la villa en la historia hizo que el antiguo templo sufriera expolios y daños en varias ocasiones. El actual templo gótico comienza a construirse en 1422 y las obras se prolongan durante un siglo hasta que entre 1517 y 1528 se ejecuta el Claustro de los Caballeros, según proyecto de Matías de Castañeda, combinando el gótico y el plateresco.

En 1513 el monasterio se incorpora a la Congregación de San Benito de Valladolid y se construye su refectorio. A lo largo de este siglo XVI es visitado en varias ocasiones por los reyes Carlos I y Felipe II.

A principios del siglo XIX, durante la Guerra de Independencia, la ciudad y el monasterio sufren muchos daños. La desamortización de 1835 supuso un gran desastre en el edificio porque quedó arruinado tras los múltiples robos, expolios y desperfectos que sufrió. Después fue utilizado como almacén de obras públicas, escuela de baile, cuartel de infantería, etc.

La recuperación de Santa María la Real comienza cuando la Real orden del 17 de octubre de1889 declara todo el conjunto monástico Monumento Nacional. En 1895 se instalan aquí los monjes franciscanos que inician, primero en solitario y después con ayuda estatal, las tareas de mantenimiento y restauración de la abadía, obras que se han mantenido de forma periódica hasta la actualidad.

Leyenda

Según la leyenda, estando un día el rey don García de caza, lanzó su neblí tras una perdiz y ambas aves desaparecieron, por lo que el rey bajó del caballo y las siguió a pie; tras caminar un buen rato vio la entrada de una cueva de la que salía una gran claridad, entró en ella y vió un altar iluminado por una lámpara y adornado con un jarrón de azucenas; sobre el altar había una imagen de la Virgen con el Niño y una campana, y a ambos lados de la Virgen estaban el neblí y la perdiz; este hecho fue el que impulsó al rey a erigir la iglesia y el monasterio en Nájera.

Descripción

El edificio proyecta al exterior una imagen austera, casi de fortaleza militar, acentuada por los contrafuertes semicirculares de la cabecera de la iglesia y la ausencia de ventanales, que no da a entender la gran calidad artística del interior del conjunto.

El monasterio consta de cuatro partes principales: la iglesia, el coro, el panteón real y el Claustro de los Caballeros. La iglesia tiene tres naves y crucero, sostenidos por diez columnas. Presenta elementos de varios estilos (gótico florido, renacimiento, plateresco, churrigueresco, etc.). El retablo del altar mayor es de estilo barroco y en el centro aparece la imagen sedente de Santa María la Real con el Niño en su rodilla izquierda. Es una valiosa talla policromada prerrománica de tipo bizantino. La torre de la iglesia tiene forma prismática cuadrangular.

El coro fue tallado por los maestros judaizantes Andrés y Nicolás Amutio entre los años 1490 y 1493. Su puerta de entrada es notable y la sillería de nogal se compone de 36 asientos y cinco respaldos en la parte alta y 27 asientos más en la baja. Este coro es una absoluta obra maestra del gótico florido y uno de los mejores exponentes de este estilo en España.

El Panteón Real se ubica a los pies de la iglesia, bajo el coro, y antes de la entrada a la cueva excavada en la roca en la que la leyenda dice que el rey Don García encontró la imagen de la Virgen en 1044. Fuera del panteón, a la izquierda, están dispuestos en paralelo trece sepulcros en el llamado Panteón de los Infantes, tumbas que pertenecen a miembros secundarios de la familia real. Delante de estos sepulcros se encuentra la tapa del sarcófago que perteneció a Dona Blanca de Navarra, madre de Alfonso VIII. Esta es la única pieza salvada de las sepulturas medievales de los reyes. Es una auténtica joya del siglo XII en la que el arte románico se muestra con gran expresividad y riqueza simbólica.

Dentro del Panteón Real reposan los restos de doce personajes reales de los siglos X, XI y XII, todos ellos pertenecientes al reino de Nájera-Pamplona, excepto Bermudo III de León. Los nombres más relevantes de los que aquí se encuentran son Don García de Nájera, su mujer Doña Estefanía Berenguer de Foix, su hijo Sancho IV el Noble, Don Sancho el Sabio y Doña Blanca Garcés o de Navarra. Es una obra escultórica del siglo XVI, renacentista con detalles platerescos, muy posterior por lo tanto a la época en la que vivieron los reyes cuyos restos se trasladaron aquí más tarde.

Por último, el Claustro de los Caballeros es una construcción de dos plantas en la que armonizan el gótico florido de las bóvedas, pilares y hornacinas, el plateresco de las esbeltas tracerías caladas de los arcos ojivales, y el renacimiento que se observa en las tumbas murales. Históricamente, este claustro fue Panteón Nacional de Caballeros y centro de enterramiento de los nobles más importantes de España, de ahí su nombre. De aquellas sepulturas sólo se conservan veinte tumbas murales, entre las cuales destacan las de Garcilaso de la Vega, Don García Manrique de Lara, Doña Mencía López de Haro, Don Diego López de Haro el Bueno y la esposa de éste, Doña Toda Pérez de Azagra. También destaca la magnífica Puerta de Carlos I, en estilo gótico flamígero, que da acceso al claustro.

Estado de conservación

Este monasterio está restaurado y se conserva en buen estado.

Visitas

El monasterio puede visitarse, previo pago de una entrada, con el siguiente horario:

Invierno: de martes a sábado (10-13 y 16-17:30 horas), domingos y festivos (10-12:30 y 16-17:30 horas)
Verano: de martes a sábado (10-13 y 16-19 horas), domingos y festivos (10-12:30 y 16-18 horas)

La segunda hora de cada tramo horario corresponde a la última entrada, siendo posible permanecer 30 minutos más en el interior del recinto. Los lunes está cerrado.

Protección

El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Alrededores

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