Conjunto histórico con calles estrechas y tortuosas, casas cueva y un desarrollo urbano que se extiende linealmente sobre las peñas.
El Centro Histórico de Arcos de la Frontera se encuentra en la localidad del mismo nombre, provincia de Cádiz, sobre las cumbres y laderas de una serie de peñas en la margen derecha del río Guadalete, en un entorno caracterizado por escarpes pronunciados y vistas impresionantes.
El núcleo urbano de Arcos de la Frontera se ha desarrollado a lo largo de las cumbres y laderas de las peñas, con altitudes que varían significativamente desde la orilla del río hasta la base del castillo. La ciudad tiene una forma alargada en el sentido noroeste-sureste, y su casco antiguo está marcado por calles irregulares y pendientes pronunciadas. Durante el siglo XVIII, la ciudad se expandió fuera del recinto amurallado con la creación de nuevos barrios como la Corredera, San Francisco y el Barrio Bajo, consolidando un crecimiento que se estabilizó en el siglo XIX. En el siglo XX, entre 1950 y 1970, Arcos experimentó un crecimiento significativo con la formación de barriadas como la Obra Sindical del Hogar y el Portichuelo.
El trazado urbano de Arcos es característicamente irregular, con calles estrechas y sinuosas que se adaptan al terreno accidentado. Las manzanas varían en forma y tamaño, y la estructura parcelaria es compleja, con casas cueva que aprovechan los desniveles. Las viviendas unifamiliares tradicionales se alternan con casas de vecinos en diferentes estados de conservación. La arquitectura residencial es principalmente de una o dos plantas, aunque los desniveles pueden hacer que algunos edificios parezcan tener más alturas desde distintas perspectivas.
El tramo central del casco antiguo, que incluye el recinto musulmán y sus ampliaciones hasta el siglo XIX, actúa como puente entre las áreas altas y bajas de la ciudad. Las construcciones más destacadas, como casas palacio y edificios religiosos, se concentran en los barrios de Santa María y San Pedro, mientras que el Barrio Bajo se extiende hacia el sureste, en una zona más fragmentada y residual.
El Centro Histórico de Arcos de la Frontera ha sufrido transformaciones significativas desde el siglo XVI, incluyendo la pérdida de calles y la creación de nuevos espacios abiertos. Aunque algunas áreas han experimentado deterioro, el conjunto sigue manteniendo su carácter único, con esfuerzos por preservar su trazado histórico y sus edificaciones más emblemáticas. Las intervenciones recientes han buscado conservar la esencia de este paisaje urbano singular, marcado por su integración con el entorno natural de las peñas.
Inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) bajo la tipología de Conjunto histórico, publicado en el BOJA el 16/04/2004, número 74, pagina 9.350.
El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).
Fecha de última modificación: 11/11/2024
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