El Castillo de Turbena se encuentra a un kilómetro de la localidad de Bardallur, provincia de Zaragoza. Se puede llegar a él por una pista forestal que lleva a la ermita románica de San Bartolom. En un montículo frente a la ermita se encuentran los restos del castillo, apenas perceptibles, pues se reducen a un montón de escombros que mimetizan perfectamente con los estratos del terreno.
Tras su conquista a los musulmanes por Alfonso I, el castillo estuvo desde 1121 bajo la tenencia de Pedro Jiménez, pasando en 1134 a Rodrigo Pérez. Durante el reinado de Jaime I, pertenecía a Jimeno Garcés de Agón, cuatro años más tarde su señor era Pedro Jordán de Peña, en el reinado de Alfonso III. En el siglo XIV, el castillo y la población pertenecieron al conde de Luna. En 1431 Alfonso V lo confiscó y entregó a Ferrer de Lanuza.
Sobre la cumbre del cerro sobre el que se asienta apenas pueden distinguirse los cimientos de un recinto de forma oval, de unos treinta metros de eje mayor, con restos de un torreón en cada extremo.
El torreón que da hacia el río es el único que conserva restos apreciables, era de planta rectangular de unos 6x4 metros de lados, fabricado con tapial y piedra, y conserva tres paredones medio caídos.
En el extremo opuesto del recinto pueden verse los cimientos de otra torre de planta circular.
Se encuentra en estado de ruina progresiva.
Bien protegido por la declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 sobre la protección de los castillos españoles (BOE núm. 125, de 5 de mayo de 1949) y por la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Luis Puey Vílchez