El Castillo de Castiliscar se encuentra en el municipio del mismo nombre, en la provincia de Zaragoza.
Castiliscar es una histórica localidad de la comarca aragonesa de la Cinco Villas. Su origen está ligado a la reconquista de este territorio en los siglos XI y XII por parte de los primeros reyes de Aragón. Fue lugar de frontera, un eslabón en la cadena defensiva que separaba la montaña de Sos y Uncastillo frente al llano de las otras tres villas históricas: Sádaba, Ejea de los Caballeros y Tauste.
Varios siglos antes el carácter estratégico de estas sierras ya fue apreciado por los romanos que dejaron importantes restos en toda la comarca. La vía romana que enlazaba los actuales territorios de Aragón y Navarra fue el origen de los restos arqueológicos encontrados en Castiliscar, entre los que destaca un Sarcófago Paleocristiano datado hacia el año 350 d.C., al igual que los sarcófagos conservados en la cripta de la basílica de Santa Engracia de Zaragoza.
Los repliegues de la Sierra de Santa Agueda, en las estribaciones del pre-pirineo aragonés acogieron a partir del año 1088 la construcción del Castillo de Liscare. El rey aragonés Sancho Ramirez concedió autorización a Galindo Sanchez, Señor de Sos, para construir aquí un castillo con el fin de ampliar su labor de repobladora y defensiva frente a los dominios musulmanes. El lugar se llamó primero Castelicar y perteneció a la Orden Militar de San Juan a partir del año 1201 por donación de Pedro II. Sus primeros comendadores pertenecieron a la poderosa familia de los Luna. El castillo sufrió las consecuencias de los enfrentamientos y correrias fronterizas entre navarros y aragoneses frecuentes en los siglos XIV y XV.
El castillo se asienta sobre una meseta rocosa a cuyo alrededor se agruparán las casas en forma muy similar a Uncastillo, aunque a menor escala. Sobre una planta oval, formada por un muro ya muy rebajado por el tiempo, en el estremo más estratégico se conserva la única torre cuadrada de cuatro 4 de lado, construida en buena piedra de sillería. Según Cristóbal Guitart, el mayor especialista en castillos de Aragón, las reformas posteriores han reducido la altura de la torre, pero la han adornado con almenas y huecos para el campanario, dado su uso actual como ermita. en su interior la capilla del Santo Cristo ocupa una cámara cubierta por una bóveda de cañón apuntado, reforzada mediante un arco fajón que se apoya en ménsulas de perfil cisterciense. La ermita atesora en su conjunto un conjunto de tres imágines románicas referentes al Calvario, son las figuras correspondientes al Santo Cristo, que le da nombre, a la Virgen y a San Juan. Entre tan notables tallas destaca la del Santo Cristo, sin duda, uno de los mejores ejemplos de escultura románica que se pueden encontrar en todo Aragón y la de la Virgen.
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Fecha de última modificación: 14/06/2020
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