La Piedra Lobera se encuentra en la Sierra de Lúcar, en la comarca del Alto Almanzora, dentro del término municipal de Lúcar, provincia de Almería.
La Piedra Lobera es una imponente formación caliza situada en el extremo oriental del Sistema Bético, dentro de la Sierra de Lúcar. Se alza a 1.722 metros sobre el nivel del mar, destacando como un hito geográfico y paisajístico en la comarca del Alto Almanzora. Su peculiar morfología, con abruptas paredes rocosas, la convierte en un referente natural de la zona.
El origen de su nombre se encuentra en la tradición oral, que sostiene que este fue el lugar donde se exterminaron los últimos lobos que habitaban en estas sierras. Más allá de su leyenda, la Piedra Lobera ha sido un punto de referencia para caminantes y pastores a lo largo de los siglos, sirviendo como guía en el escarpado relieve de la sierra.
La Piedra Lobera es una formación geológica de naturaleza calcárea, caracterizada por su estructura maciza y sus paredes verticales. Su singular relieve la hace destacar en el paisaje, creando un entorno de gran belleza y atractivo para el senderismo y la observación de la naturaleza.
El monumento natural alberga una flora endémica adaptada a las extremas condiciones climáticas de la sierra, que incluyen escasez de precipitaciones, vientos intensos, largas exposiciones solares, frecuentes heladas y suelos pedregosos. Entre las especies más destacadas se encuentra la "Arenaria tomentosa", que crece entre los roquedos y ha desarrollado una estructura en forma de almohadilla para resistir la acción del viento. También habita en este entorno la madreselva del Pirineo, que se refugia en las fisuras de las rocas calizas, así como la peonía, conocida como "rosa de monte", a la que tradicionalmente se le han atribuido propiedades medicinales, aunque en concentraciones elevadas puede resultar tóxica.
La vegetación de la sierra se compone en general de bosquetes caducifolios acompañados por especies como el durillo dulce, el majuelo, el espino albar y el mostajo, que conforman un ecosistema adaptado a las duras condiciones de la montaña.
Se encuentra en estado natural, sin intervención humana significativa.
Espacio natural protegido de acceso público.
Accesible a través de rutas de senderismo; recomendable para la observación de flora y paisajes de alta montaña.
Bien protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).