La Torreta de Tartafaya forma parte del conjunto fortificado de Piracés, a 450 metros de altitud y a una veintena de kilómetros al sur de la ciudad de Huesca, en la comarca de la Hoya de la provincia de Huesca.
Se encuentra sobre un otro cerro de arenisca situado al noroeste a la Peña del Mediodía. No hay camino para llegar a la cima de este cerro, por lo que para llegar a ella hay que ascender por donde se pueda o intuya, entre abundantes rocas. La subida, caminando, es bastante penosa, y se puede tardar unos 15 minutos.
El complejo conjunto fortificado de Piracés fue construido por los musulmanes en la segunda mitad del siglo IX, en época emiral, como parte del sistema defensivo de la ciudad de Huesca y para defensa y protección del asentamiento rural que se estableció en las inmediaciones. Durante la época de la dominación musulmana, Piracés (Bitra Sily en árabe) fue uno de los más importantes asentamientos rurales del distrito musulmán de Huesca.
El conjunto fortificado se dividía en tres espacios o recintos fortificados: la llamada Peña del Mediodía, la Torreta de Tartafaya y el emplazamiento del actual pueblo.
Estratégicamente, Piracés controlaba un extenso territorio, la inmensa llanura del río Flumen al sur y oeste, delimitada al este por la sierra de Alcubierre, antigua frontera natural del distrito musulmán de Huesca. Al norte se comunicaba visualmente con la madina de Huesca mediante La Torreta de Tartafaya. Del mismo modo, controlaba la antigua calzada romana Ilerda (Lérida) - Osca (Huesca), por lo que advertía de cualquier intento de avance cristiano y controlaba también los movimientos de los propios musulmanes.
Piracés debió tener una notable importancia en el sistema defensivo de la madina de Wasqa (Huesca), siendo una de las más destacadas del sector sur del distrito de Huesca. En este sector surgieron numerosas fortificaciones o castillos, unos formando parte del sistema defensivo de la Huesca musulmana, otros, como pequeños puestos fortificados que protegían un pequeño hábitat rural, y otros como simples puestos de vigilancia. Algunas de estas fortificaciones o castillos fueron el potente Castillo de Gabarda, con el que Bitra Sily mantenía contacto visual al sur, Alberuela, Almuniente (hoy prácticamente desaparecido), Tubo, Grañén, Iglesieta de Usón, Lanaja, Blecua, Huerto, Tramaced, Marcén, Sesa (prácticamente desaparecido), Albero Bajo, Albero Alto, Novales, Alcala del Obispo, Lizana, La Torreta de los Moros (Barbuñales), la fortificación de Usón, Castelfrolritr, Callén o Fraella (desaparecido), entre otros.
La fortaleza fue mencionada por los cronistas árabes. Según el autor andalusí del siglo X Al-Razi, Piracés era una de las ocho fortalezas dependientes del término de Huesca. Por otro lado, Al-Udri (siglo XI) precisa que era una fortaleza muy poblada con una gran mezquita. Este último dato es único en este tipo de fortalezas musulmanas del distrito de Huesca.
Según una obra del musulmán Ibn Darrag, en el primer cuarto del siglo XI, poco después de que el Tuyibí Al-Mundir fuera proclamado rey de la taifa de Zaragoza, uno de sus parientes, Abu Yahya, se rebeló contra él aliándose con el rey de Pamplona. El monarca cristiano le cedió a cambio uno de sus castillos de la zona del Sobrarbe. Mundir no dudó en mandar un ejército para castigar al rebelde al mando de uno de sus más fieles generales, Abu Mas'ud, quien venció al sedicioso, pero este huyó con sus partidarios y desde la lejana Sobrarbe se trasladó hasta Piracés, refugiándose en la fortaleza. Este hecho indica la importancia de la plaza musulmana de Bitra sily.
Tal fue la resistencia que ofreció la Piracés musulmana que, aún habiendo caído Wasqa (Huesca), en manos de Aragón en el año 1096, todavía aguantaría otros siete años más la presión ejercida por los aragoneses. Será el primer Pedro de Aragón quien se apodera de la fortaleza en el año 1103, después de un largo asedio que duró, al menos, desde el mes de mayo hasta octubre o diciembre del mismo año 1103.
Orti Ortiz fue su primer tenente en 1103. Se conocen tenentes esporádicos en los siglos XII y XIII.
La Torreta de Tartafaya
Una de las funciones de la Torreta de Tartafaya era, además de la pura y netamente defensiva, la de conectar la fortaleza con el resto del distrito, principalmente con la medina de Huesca. La torre era el único punto de todo el conjunto que mantenía contacto visual con la capital del distrito, Huesca, si bien al sur también conectaba visualmente con la potente fortaleza musulmana de Gabarda.
Sin duda se trata de uno de os conjuntos fortificados más espectaculares de la provincia, por su singularidad, complejidad, tamaño y emplazamiento, siendo la más grande del antiguo distrito de Huesca, con alrededor de 600 metros de distancia entre un extremo y otro, entre el extremo del actual pueblo hasta la Torreta de Tartafaya.
El conjunto se alzaba sobre tres relieves de arenisca con orientación noroeste-sureste, dividiéndose en tres espacios o recintos fortificados: la hoy llamada Peña del Mediodía, que ocupa la parte central del conjunto y seguramente era la parte principal, la fortificación llamada Torre o Torreta de Tartafaya, en un extremo, situada al noroeste sobre un cerro de arenisca frente a la Peña del Mediodía, y un tercer recinto que sería el del emplazamiento del actual pueblo, ubicado en el extremo opuesto del conjunto, y con una muralla que protegería la población.
La Torreta de Tartafaya
La Torreta de Tartafaya constaba de una torre, aljibe y doble muralla. La parte central y más elevada del cerro presenta los restos de la torre, de la que apenas queda el arranque o el basamento, escalonado, del que apenas se distinguen dos o tres hiladas prácticamente a ras de suelo semienterradas, de sillares de arenisca almohadillados de 0,45 metros de largo, muy erosionados unidos con argamasa. La torre era rectangular, de 5,70 por 4,70 metros de lados.
Delante de estos restos, aunque a nivel ligeramente inferior, se encuentra lo que queda del aljibe, rectangular de 8,50 por poco mas de 5 metros de lados, hoy en estado penoso, con derrumbamientos y cubierto de abundantes hierbajos.
Al sur de los vestigios de la torre y aljibe, en el reborde de la roca, pueden verse restos de muro de una primera muralla de sillería, don tres hiladas de sillares de unos 15 metros de largo.
A nivel más bajo se distinguen restos de una segunda cerca, también al sur.
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Fecha de última modificación: 12/11/2023
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