La Torre de los Espés se encuentra en la plaza Mayor de la localidad de Albalate de Cinca, provincia de Huesca, adosada al palacio ducal de Solferino.
Torre de señorío que presenta elementos decorativos románicos tardíos de principios del siglo XIII, así como otros elementos arquitectónicos que podrían ser posteriores. A lo largo del tiempo el torreón fue sufriendo diferentes reformas, llegando a abrirse ventanas en su cuerpo inferior que fueron tapadas definitivamente cuando se acometieron los trabajos de restauración en la década de los 90 del siglo XX.
Según fuentes documentales, durante los reinados de Jaime I y Jaime II la villa y el castillo de Albalate fueron transferidos de un propietario a otro, en función de las donaciones hechas por los reyes.
La primera mención sobre Albalate aparece en un documento fechado en el año 1102 y dice: señor Fotunio Dat in Albalat et in Vilela, con motivo de su conquista por el rey Pedro I (1094-1104), quien, continuando la labor iniciada por su padre Sancho Ramírez (1064-1094), y una vez conquistado Barbastro (1100), continuó sus ofensivas en dirección al valle del río Cinca y la Litera ocupando las poblaciones situadas más al sur.
En la medida que avanzaba esta reconquista el rey tuvo la necesidad de ir consolidando las posiciones ganadas, por lo que iba entregando en tenencia las fortalezas conquistadas, así como sus tierras circundantes, a los señores que le ayudaban en su empresa, de allí que el primer tenente aragonés de Albalate fuera el señor Fortun Dat, tal y como lo fueron el señor Enneco Fortuniones in Ontinyena o el señor Enneco Galíndez in Alcolea.
A partir del reinado de Jaime I (1213-1276) los nobles aragoneses se fueron asentando en baronías y castillos, pasando la villa y el castillo de Albalate al patrimonio de diversas familias nobiliarias de la Corona de Aragón: Tomás de San Clemente, Ramón de Moncada, Berenguer de Erill, Gonzalo López de Pomar, etc.
Desde el siglo XV Albalate fue propiedad de los señores de la baronía de Espés, que establecieron allí su residencia habitual, y en el siglo XVII pasó a manos de Fuenbuena, para vincularse en el siglo XVIII a los marqueses de Ayerbe y a los duques de Solferino.
El castillo señorial ha quedado reducido en la actualidad a una torre, situada en el ángulo noreste del conjunto palacial, aunque no se puede descartar que estuviera acompañada de otro edificio adjunto en el solar donde está situado el palacio barroco de Solferino.
La torre es de planta rectangular construida en sillería, con fachada dividida en dos cuerpos por medio de moldura corrida y con remate restaurado recrecido con tres hiladas de piedra sillar.
En el torreón se abrieron saeteras muy rasgadas en la segunda planta, mientras que en el piso superior se cuenta con dos ventanales trigeminados con delgados parteluces cilíndricos que soportan arquitos de medio punto de estilo románico.
El interior se encuentra dividido en tres pisos y una terraza superior, de los que solo la planta baja está cubierta por una bóveda de medio cañón rebajado. En la segunda destaca un nicho abovedado en el ángulo sureste con una moldura en nacela con relieves vegetales y de jarrones. Al tercer piso, de planta irregular y provista de ventanales abiertos al exterior, se accede por el ángulo noreste.
Durante unos recientes trabajos de restauración se descubrieron unas pinturas murales que decoraban la cámara de la tercera planta, pertenecientes al siglo XVI o inicios del XVII por la aparición de una inscripción que hace referencia a uno de los señores de la baronía de Espés. Estas pinturas resultan de gran interés tanto por su temática como por su técnica pictórica, ya que se encuentran realizadas en grisallas (los personajes y el mobiliario se perfilan en negro y gris sobre fondo blanco) y ejecutadas con la técnica del temple. De ellas solamente se conservan unos fragmentos que representan la historia de Judit y Holofernes: el cerco de la ciudad israelita de Betulia, la cena en el campamento, la derrota de los invasores babilonios (Holofernes, general del rey babilonio Nabucodonosor, sitió la ciudad israelita de Betulia. Judit que consiguió acercarse y cautivar al general, aprovechó durante un banquete para cortarle la cabeza y de esta forma vencer al ejército babilonio. En el paño de la pintura mural aparece la leyenda: RECAMARA DEL MUY ILUSTRE SEÑOR DON ALONSO DE ESPÉS. En la parte central se colocaron las escenas narrativas sobre una banda con dibujos geométricos y en la parte superior se dibujó una red de cintas entrecruzadas.
Construida con sillares.
El edificio fue restaurado en la década de los 90 del siglo XX. En estas fechas se llevó a cabo la sustitución de los sillares que formaban el primer cuerpo de la torre y el cambio de los fustes de las ventanas trigeminadas. El remate del edificio es nuevo, recrecido mediante tres hiladas de sillares, sin que se pueda saber si la torre originalmente contó con almenas defensivas.
En fotografías anteriores a la restauración se puede ver cómo en el cuerpo inferior de la torre habían sido abiertas una serie de ventanas, desaparecidas durante los trabajos de rehabilitación.
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Fecha de última modificación: 11/11/2018
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