Comunidad: Castilla y León |
Provincia: Ávila
Municipio: Tiemblo (El) |
Localidad: Tiemblo (El)
Dirección: Carretera AV-904
Código: AV-241000500-TIE-TOR-GUI
Monumentos arqueológicos: Zonas y áreas con restos materiales de culturas antiguas, como herramientas, cerámicas y construccio
Monumentos civiles: Esculturas y monumentos conmemorativos de carácter civil como monumentos, estatuas, bustos, escultur
Conjunto escultórico vetón de la Edad del Hierro, formado por cuatro figuras de toros o verracos de granito.
Los Toros de Guisando se encuentran en el Cerro de Guisando, junto a la Cañada Real, en la margen izquierda del arroyo Tórtolas, a unos kilómetros de la localidad de El Tiemblo, provincia de Ávila.
Se puede llegar por la carretera C-501, desviándose por la carretera que conduce a El Tiemblo y, antes de llegar al pueblo, salir por el desvío indicado hacia los Toros de Guisando.
Los Toros de Guisando son cuatro esculturas zoomorfas (verracos) realizadas entre los siglos IV y III a.C. por un pueblo prerromano eminentemente ganadero como eran los vetones.
Estas figuras han dado lugar a diversas interpretaciones. Su función pudo ser mágico-religiosa. Según algunos investigadores podrían haber cumplido una función simbólica en la ruta de trashumancia que cruzaba la zona y, según otros, podrían haber servido de marca divisoria entre diferentes tribus celtíberas.
No se sabe si su disposición actual, en dirección norte-sur y mirando hacia el oeste, es la original o si se encontraban dispersas y en algún momento de la Edad Media fueron reagrupadas. Muy probablemente estarían originalmente diseminados por la zona, pero en época romana fueron reunidos en este enclave a modo de monumento conmemorativo, y se inscribió en el costado de uno de ellos Longino se lo hizo a su padre Prisco, de la tribu de los Calaetios.
Un importante episodio de trascendencia histórica ocurrido en este enclave fue la firma en 1468 del Tratado de los Toros de Guisando, en el que el rey Enrique IV, el Impotente, hizo heredera de su reino a su hermana la Infanta Isabel, Princesa de Asturias, quien después sería la reina Isabel la Católica.
Se trata de 4 esculturas zoomorfas que parecen representan toros, están realizadas en granito y algunas tienen orificios para insertar cuernos.
Las esculturas, de más de dos metros y medio de largo y entre 129 y 145 centímetros de altura, tienen bases y presentan inscripciones en latín.
El estado de conservación es bueno, con visitas controladas para proteger las esculturas.
Declarados Bien de Interés Cultural el 22 de abril de 1949, con el identificador RI-54-0000010.
Bien protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de José Antonio Herrojo Silvero, Miguel Ángel Cebrián Martínez, Ramón Sobrino Torrens, Santiago López-Pastor Rodríguez