Enclave defensivo del Puente Zuazo en Puerto Real, Cádiz

Situación

El Enclave Defensivo del Puente Suazo y del Real Carenero se encuentra al este del puente Zuazo, que atraviesa el río Sancti Petri, cerca de la localidad de San Fernando, pero en el extremo suroeste del término municipal de Puerto Real, en la provincia de Cádiz.

Historia

Los siete baluartes que forman parte del Enclave Defensivo del Puente Suazo, parte central de la llamada Reserva de la Primera Línea de Defensa durante el sitio napoleónico de las Islas Gaditanas (1810-1812), se consolidaron como defensa del conjunto constituido por el viejo Real Carenero (aunque sus funciones ya eran acometidas por completo por el gran y, por aquel entonces, nuevo Arsenal de la Carraca) y el Puente Zuazo, de evidente importancia estratégica. Rodeados de un entramado de caños y asentados en las marismas que dominan la entrada al puente, las fortificaciones centrales del enclave constituían el paso obligado para adentrarse en terreno isleño, definiendo el conjunto con sus fuegos cruzados una sólida e infranqueable unidad, tal y como se refleja en el “Atlas de Fortificaciones de la Ysla de León” del Capitán Carlos Vargas Machuca, de 1812.

Prueba de la importancia del lugar en aquellos momentos es el número de piezas que el conjunto de troneras de estas fortificaciones sumaba (49 piezas de artillería de distintos calibres), lo que infería al conjunto una impresionante potencia del fuego, siendo éste además entrelazado por lo que cubría por completo el sector de 180º que se desplegaba ante él. La fusilería, apostada en el parapeto que unía de sur a norte el Baluarte de San Ignacio con el Baluarte del Ángulo, apoyaba el fuego de artillería. Un total de 115 hombres servían a este destacamento.

El Real Carenero era una instalación industrial destinada a la reparación de embarcaciones levantada al pie del Caño de Sancti Petri, en la parte norte del lado este del Puente Zuazo. Fue creado por los Reyes Católicos y constituyó durante siglos el estandarte de lo que significaba, y sigue significando, la industria naval en la zona de la Bahía de Cádiz.

Se denomina “Real Carenero” desde el reinado de los Austrias, época en la que consolidó su desarrollo al ser frecuentado por la Armada Real para abastecerse y ser reparada. Sus actividades se centraban en la fabricación de motonería [cuadernales y motones], lonas y jarcias o aparejos [palos, velas y cabos]. Disponía de almacenes de aprovisionamiento y de instalaciones de carenas para las reparaciones que en él se realizaban.

El siglo XVIII marcó su decadencia: a partir de 1724 comienza a desmantelarse, en 1773 un incendio en las inmediaciones casi destruye por completo las fábricas de lonas y jarcias, y ya a finales del siglo (en plano de D. Vicente Tofiño, de 1789, ya no aparece) su actividad es acaparada por el Arsenal de la Carraca, debido a sus mejores cualidades topográficas. Durante el periodo de Resistencia (1810~1812) sus instalaciones fueron utilizadas como almacenes de distinto tipo, alojamiento para oficiales e intendencia.

El Puente Suazo es una construcción levantada sobre los cimientos del acueducto de El Tempul que aportaba agua a Gades. Fue donado por Juan II a Juan Sánchez de Suazo en 1408, que sufragó su restauración, lo que hizo que pasara a conocerse desde entonces con su nombre. A sus costados se amarraban los buques que acudían a reparar en el Real Carenero. Con Felipe II comenzó la fortificación de sus extremos.

Durante el Sitio francés, y como medida precautoria, se desmontó el arco central para impedir el paso en caso de que el enclave del este cayera. Este tramo se rehabilitó posteriormente con una pasarela, inicialmente de madera y después metálica, rehaciéndose finalmente con materiales y forma similares a su estructura original, a la vez que se le dio más anchura al puente y se subió el pretil.

Hasta 1969, año en que se abrió el Puente Carranza (entre Cádiz y Matagorda, Puerto Real), constituyó la única vía de comunicación entre las islas gaditanas y el resto del continente.

Descripción

La estructura del enclave la conforman los baluartes, el Real Carenero y el Puente Suazo, perviviendo hoy día la mayoría de ellos.

Los baluartes, casi todos ellos dotados de cuerpo de guardia y almacenes para la munición, son los giguientes de vanguardia a retaguardia (de este a oeste, y de sur a norte):

El Baluarte de San Pedro y el Baluarte de San Pablo, algo adelantados, son de planta poligonal, casi simétricos entre sí y abiertos a su gola. Ambos han sido restaurados.
El Baluarte de Santiago y el Reducto o Baluarte de La Concepción, en el centro del enclave y flanqueando la entrada, son de planta rectangular. Están pendientes de restaurar y reedificar respectivamente (2013).
El Baluarte de San Ignacio, más atrasado y más al sur con su gola abierta a orillas del Caño de Sancti Petri, es también de planta poligonal. Ha sido restaurado.
El Baluarte del Ángulo y la Batería de Alburquerque son las defensas propias del Real Carenero. Se encuentran sin restaurar (2013).
Un parapeto de fusilería unía de sur a norte el Baluarte de San Ignacio con el Baluarte del Ángulo, pasando por el Baluarte de Santiago y el Baluarte de La Concepción y por la Batería de Alburquerque. Ha sido restaurado en buena parte.

El Real Carenero (cuya restauración en 2013 ha alcanzado un grado de avance considerable) está formado por las siguienets edificaciones:

Talleres y almacenes. Su fisionomía ha estado oculta por construcciones y distintos usos, que precisamente son los que han permitido que aún se mantengan en pie y que se conserve la planta de todo el conjunto. Durante el Sitio napoleónico algunos de ellos siguieron siendo utilizados como almacenes y otros como alojamiento para oficiales e intendencia.
Capilla. Este edificio, con característico frontón neoclásico rematando su fachada, sobresale respecto al resto. Desde hace más de dos siglos está fuera de uso como edificio religioso, habiendo constancia de que monjes del Convento de San Diego de Puerto Real aún oficiaban misa en 1715 y de que entre 1740 y 1782 fue sede de la Hermandad o Congregación de San Antonio Abad.
Dique de Pizarro.
Atracadero.
Molino de mareas. Parte de éste era el segundo arco del Puente Zuazo empezando por el lado este, el de menor tamaño de todos, abierto en 1592 para que corriesen las aguas y no se acumularan fangos en el dique del carenero.

El Puente Suazo es una antigua construcción bajo medieval de estructura pétrea que salva el Caño de Sancti Petri saliendo de la localidad y el término municipal de San Fernando y entrando en el de Puerto Real en sentido oeste-este. Dispone de cinco arcos: tres mayores y de similares proporciones en el tramo del lado oeste (algo más largo y con menor pendiente), el central más plano y flanqueado en ambos caras del puente por dos anchos tajamares de planta semicircular y abovedados, y los otros dos casi perfectamente semicirculares; y dos arcos en el tramo del lado este (algo más corto y con una pendiente más pronunciada), uno menor que los del tramo oeste, semicircular y cercano al extremo este, y el otro, el menor de todos, más centrado y más alto que ancho con remate semicircular, abierto a finales del siglo XVI como aliviadero para evitar la colmatación de este lado por los fangos.

El Puente ha sido cortado al tráfico rodado en 2013, una vez levantado y habilitado el acceso a un puente mayor paralelo a éste, y su restauración sigue pendiente.

A destacar también, como fortificación caballera del conjunto aunque sin formar parte de él, el Baluarte del Puente Suazo. De mayores dimensiones, se ubica a retaguardia, al lado oeste del puente, en la orilla contraria del Caño de Sancti Petri (por tanto, dentro de los límites actuales del término municipal de San Fernando). Controlaba mediante un pasillo en codo el acceso entre la salida del puente y el camino de entrada a la Isla de León (hoy San Fernando) y dominaba, gracias a sus dos alturas, tanto su lado del Caño, como el puente y todo el enclave desplegado al este. Como baluarte caballero que era, disponía su artillería alta de manera que su fuego podría batir, si fuera necesario, las golas de los baluartes abiertos y todas las fortificaciones y edificaciones en general del enclave. Precisamente esta función de baluarte caballero ha dado lugar a la confusión con su nombre que ha llevado a que en distintas publicaciones aparezca nombrado erróneamente como Baluarte del Caballero Suazo. De este baluarte apenas queda en pie, y en mal estado, una cuarta parte de su estructura, correspondiente a su flanco norte.

Estado de conservación

El conjunto del enclave, aun atravesado por la nueva autovía y por el trazado del futuro tranvía interurbano de la Bahía de Cádiz, mantiene hoy su contorno y buena parte de sus estructuras.

El estado de conservación de los siete elementos que constituyen la defensa del enclave va desde el perfecto estado en el que se encuentran los tres baluartes que se restauraron con ocasión de las actividades realizadas en 2010 conmemorativas del 2º Centenario de los hechos ocurridos en La Isla de León en 1810 (Baluarte de San Pedro, Baluarte de San Pablo y Baluarte de San Ignacio) hasta la situación de casi desaparecido, salvo sus cimientos, del Reducto o Baluarte de La Concepción, pasando por el estado relativamente aceptable (aunque sin restaurar) en el que están el Baluarte de Santiago, el Baluarte del Ángulo y la Batería de Alburquerque (esta última semienterrada bajo el trazado del futuro tranvía).

Se ha restaurado igualmente el conjunto del Real Carenero y sus almacenes, así como casi todo el tramo de parapeto de fusilería que unía el Baluarte de San Ignacio con la Batería de Alburquerque.

Sin embargo, de los planes de recuperación del Sitio Histórico del Real Carenero y su entorno, ha quedado pendiente la restauración de parte de sus elementos, la reconstrucción del Baluarte de La Concepción y de algunas de las instalaciones del Real Carenero, la retirada de la losa de hormigón que soportaba hasta hace poco la circulación rodada, levantar el pavimento para que quede éste como un paseo peatonal y la restauración del Puente Zuazo.

Protección

El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Alrededores

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