El Centro Histórico de Jaén se encuentra en la localidad del mismo nombre, provincia de Jaén, asentado al pie del cerro de Santa Catalina, en la confluencia de la Sierra Sur y la Campiña, dominando la cabecera de la Depresión Bética y el valle del Guadalbullón.
La ciudad de Jaén tiene un origen antiguo, asentada inicialmente a los pies del cerro de Santa Catalina, que ofrecía protección y recursos hídricos. El raudal de la Magdalena atrajo a grupos neolíticos, y ya en la Edad del Cobre se desarrolló un importante sistema de fortificaciones en anillos concéntricos. Durante la época romana, la ciudad se consolidó alrededor del barrio de la Magdalena, con la construcción de un foro y un primer cinturón de murallas. La llegada de los visigodos marcó una época de crisis, con el área urbana decreciendo considerablemente.
El periodo islámico fue fundamental para Jaén. Abd al-Rahman II trasladó la capitalidad de la cora a esta ciudad, impulsando la construcción de la Alcazaba, mezquitas, baños públicos y sistemas de conducción de agua. La ciudad se convirtió en un bastión defensivo crucial. Tras la conquista cristiana en 1246 por Fernando III, se erigió la fortaleza de Santa Catalina y se desarrollaron nuevos arrabales, como San Ildefonso, donde la nobleza construiría palacios y se producirían transformaciones arquitectónicas significativas. La plaza de Santa María, antigua sede de la primitiva catedral, fue remodelada por Don Miguel Lucas de Iranzo en el siglo XV, impulsando el crecimiento urbano.
El Centro Histórico de Jaén se caracteriza por una mezcla de arquitectura popular y culta. Las viviendas unifamiliares tradicionales, de una o dos plantas, tienen fachadas encaladas con aleros sencillos y rejas de forja en puertas y ventanas. Estas casas, construidas con muros de mampostería o tapial, poseen patios traseros para usos agrícolas. La arquitectura culta incluye casas-palacio, con portadas de piedra labrada y ubicación privilegiada cerca de iglesias, y casas solariegas de los siglos XVI y XVII, con gruesos muros de mampostería y diseño simétrico.
Las casas historicistas, construidas en el siglo XIX, presentan fachadas simétricas con balcones ornamentados y rejas de hierro fundido. A lo largo del siglo XX, la ciudad ha sufrido alteraciones, especialmente en el borde norte y oeste, donde los desarrollos modernos han afectado el patrimonio histórico. Sin embargo, el urbanismo tradicional se mantiene en áreas como San Vicente de Paul y El Tomillo, barrios que siguen las trazas originales.
El estado de conservación del casco histórico de Jaén es desigual. Mientras que algunos edificios, como las casas-palacio y las estructuras más representativas, se han mantenido bien, muchas áreas han sufrido por desarrollos no controlados que han deteriorado la imagen patrimonial. Las zonas marginales, como los barrios de San Vicente de Paul y El Tomillo, conservan su esencia, aunque la destrucción de elementos históricos en las expansiones urbanas sigue siendo un problema significativo. La protección y restauración continua son esenciales para preservar la riqueza histórica de la ciudad.
Inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) bajo la tipología de Conjunto histórico, publicado en el BOJA el 11/08/2011, número 157, pagina 59.
El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).
Fecha de última modificación: 16/02/2012
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